Por: José Mendoza Jiménez
CUATRO
Las medidas extremas de seguridad que le proporcioné por aquello de que las paredes tienen oídos, ni siquiera las tuvo en cuenta. Y algo que se me pasó, porque no lo consideré necesario en el momento, fue no recomendarle que asegurara muy bien por la azotea, no fuera a venir un ladrón en paracaídas a acabar con nuestro sueño. La plata se perdió y el que sufrió las consecuencias fui yo, porque con esa decisión mi hermana hizo de un emprendedor visionario, un rebuscador. Si, porque eso soy ahora. Porque sin plata las cosas son a otro precio. Mi hermana me mandó a trabajar moto ajena. Y eso no lo habíamos convenido en el proyecto. Algo complicado para una persona como yo que siempre he sido independiente. Y quien es nuevo en esto de dar moto a trabajar, cree que todo es color de rosa, que la moto no se espicha, que cuando llueve no se afecta el trabajo, y hay tiempo para entregarla todos los días bien lavadita a la misma hora con la tarifa en mano.
Lo que quiero decir es que si tenía para comprar las dos motos ¿por qué había que pensar en moto ajena? Porque cuando se trata de trabajar, no hay quien me de la talla como independiente o empleado, ¡a todos les gano la batalla con entrega y dedicación como que por ello me pagan!
Siendo las cosas así, con el tiempo, bregué con mi hermana menor para que me sacara una moto a crédito, pagándola yo, con el triste desenlace anterior
Este trabajo de ganarse uno la vida como mototaxista, es duro, aunque se rebusque diariamente. Tiene sus ventajas y muchos inconvenientes porque está uno más expuesto a la delincuencia y a la requisa de la policía constantemente. Ahí nunca faltan los falsos positivos, a quien se le hace la carrera, pero no la paga; el pasajero delincuente que lo despoja a uno de la moto o de lo que haya hecho, incluido el casco, ¡el chaleco y el celular! Nada fácil y eso no es todo, está la persecución y el asedio por parte de la policía porque ahora todos quieren ser agentes de tránsito, siempre vigilantes de que se lleve el casco puesto, ¡mientras la delincuencia asecha la ciudad como en otros tiempos corsarios y piratas! ¡No hay más nada que hacer! Con sus retencitos improvisados y sin señalización con conos, se han amañado. Porque las leyes del establecimiento sólo sirven para eso. Para ponérsela difícil a quien difícil la tiene. Otra, el pasajero no colabora con el uso del casco y todo el peso de la infracción recae en el indefenso conductor de la moto.
Las motos deberían estar exentas de la tecnicomecanica. No la necesitan. Es quitarle la plata a quién no la tiene, para entregársela a quien no la necesita. Y el pico y placa, se parece más a una estrategia de ventas de los distribuidores para lucrarse que a un acto administrativo de la autoridad competente para con el beneficio de la ciudad.
Continuará. .....
CUATRO
Las medidas extremas de seguridad que le proporcioné por aquello de que las paredes tienen oídos, ni siquiera las tuvo en cuenta. Y algo que se me pasó, porque no lo consideré necesario en el momento, fue no recomendarle que asegurara muy bien por la azotea, no fuera a venir un ladrón en paracaídas a acabar con nuestro sueño. La plata se perdió y el que sufrió las consecuencias fui yo, porque con esa decisión mi hermana hizo de un emprendedor visionario, un rebuscador. Si, porque eso soy ahora. Porque sin plata las cosas son a otro precio. Mi hermana me mandó a trabajar moto ajena. Y eso no lo habíamos convenido en el proyecto. Algo complicado para una persona como yo que siempre he sido independiente. Y quien es nuevo en esto de dar moto a trabajar, cree que todo es color de rosa, que la moto no se espicha, que cuando llueve no se afecta el trabajo, y hay tiempo para entregarla todos los días bien lavadita a la misma hora con la tarifa en mano.
Lo que quiero decir es que si tenía para comprar las dos motos ¿por qué había que pensar en moto ajena? Porque cuando se trata de trabajar, no hay quien me de la talla como independiente o empleado, ¡a todos les gano la batalla con entrega y dedicación como que por ello me pagan!
Siendo las cosas así, con el tiempo, bregué con mi hermana menor para que me sacara una moto a crédito, pagándola yo, con el triste desenlace anterior
Este trabajo de ganarse uno la vida como mototaxista, es duro, aunque se rebusque diariamente. Tiene sus ventajas y muchos inconvenientes porque está uno más expuesto a la delincuencia y a la requisa de la policía constantemente. Ahí nunca faltan los falsos positivos, a quien se le hace la carrera, pero no la paga; el pasajero delincuente que lo despoja a uno de la moto o de lo que haya hecho, incluido el casco, ¡el chaleco y el celular! Nada fácil y eso no es todo, está la persecución y el asedio por parte de la policía porque ahora todos quieren ser agentes de tránsito, siempre vigilantes de que se lleve el casco puesto, ¡mientras la delincuencia asecha la ciudad como en otros tiempos corsarios y piratas! ¡No hay más nada que hacer! Con sus retencitos improvisados y sin señalización con conos, se han amañado. Porque las leyes del establecimiento sólo sirven para eso. Para ponérsela difícil a quien difícil la tiene. Otra, el pasajero no colabora con el uso del casco y todo el peso de la infracción recae en el indefenso conductor de la moto.
Las motos deberían estar exentas de la tecnicomecanica. No la necesitan. Es quitarle la plata a quién no la tiene, para entregársela a quien no la necesita. Y el pico y placa, se parece más a una estrategia de ventas de los distribuidores para lucrarse que a un acto administrativo de la autoridad competente para con el beneficio de la ciudad.
Continuará. .....
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