Por: José Mendoza Jiménez
SIETE
El problema de los trancones en Cartagena, es porque no existen vías alternas a las principales a donde acudir. Y que la ciudad no se desarrolle solo bajo la mirada voraz de los urbanizadores a quienes se les olvida incluso no dejar los espacios suficientes de esparcimiento y recreación. Ahora, ¿Por qué permiten las autoridades de transito que se estacionen vehículos en las vías principales donde se forman los trancones? Un carro estacionado en la vía publica es un problema serio para la movilidad ¿Por qué los colectivos que se estacionan en la glorieta de la bomba del amparo lo hacen justo donde está la zona verde? ¿Qué tiene de lógica esa zona verde donde se necesitan vías amplias? ¿Se requiere de esa zona verde tan amplia y que reduzca la vía donde más se le necesita convirtiéndola en un cuello de botella? ¿Porque la gente no pone un poco de su parte o es que todo tiene que ser con camisa de fuerza? Viéndolo bien, nunca serán suficiente las vías que se construyan, si esta sociedad consumista no la controlan para que ponga de su parte en la corresponsabilidad que le ataña para con la comunidad y una movilidad fluida. Todos debemos contribuir con la movilidad en las vías y de ahora en adelante, quien compre un carro debería pensar primero donde estacionarlo, donde guardarlo, que no sea en la calle donde vive o trabaje.
Las calles tampoco son cachas de futbol para que los menores o grandes jueguen en ella porque corren peligro de accidente. Contrario a lo que se diga de la ciudad de Cartagena para justificar trancones, la ciudad está ubicada en el punto estratégico ideal. En el sitio privilegiado. Así lo vieron sus primeros pobladores, los colonizadores y su fundador Don Pedro de Heredia. Pero hay que desarrollarla y organizarla conforme a una gran ciudad, con esmero y dedicación, con sentido de pertenencia, si es la joya más preciosa de los colombianos. La ciudad seguirá avanzando según los delineamientos trazados por sus dirigentes y las exigencias de sus habitantes, será mejor si se hace con planeación y mucho amor.
A la deficiente malla vial requerida para movilizar la ciudad, le agregamos las vías dañadas que van dejando quienes realizan trabajos de acometidas. A ellos hay que decirles que deben cambiar toda la placa, porque con sus "cirugías" la placa termina dañándose, en perjuicio de la malla vial. El trabajo debe hacerse bajo la supervisión de un jefe de la entidad, que verifique y no deje solos a los obreros, que el material debe ser de óptima calidad con las características y especificaciones que la placa tenia, y deben estar obligados a reparar los arreglos que se han dañado a través del tiempo. Y a las autoridades que veo con complacencia con el "atropello" y en este "gravísimo" problema que nos afecta. Que deben vigilar y legislar si es que no se ha hecho, para que no se destruya con los pies lo que se ha construido con las manos. Inclusive si es del caso, judicializarlos o ¿es que la ciudad no tiene dolientes? las calles las están llenando los particulares con policías muertos o resaltos, sin el visto bueno de la oficina de tránsito y sin las características especificas emanadas por un juez de la república. En esta ciudad todo el mundo manda y hace lo que se le da la gana sin que autoridad alguna le haga ver que no está bien, las talanqueras en algunas vías imposibilitan más el tráfico vehicular. La gente es muy dada a colocar impedimentos en la vía y sembrar árboles en los andenes. Hay que recordarles que los andenes y las vías deben estar libre de obstáculos para el libre tránsito de peatones y vehículos respectivamente. Que no piensen solo en ellos, que piensen en sus conciudadanos. Ni siquiera las señales de tránsito para ser "visibles" deberían ir en el centro, si no a un lado del "reducido" anden ¿Dónde está la inteligencia vial? Pitar indiscriminadamente no debería ser parte de nuestra cultura e idiosincrasia, si no solo en caso requerido. La contaminación auditiva nos afecta en nuestro diario vivir y eso no está bien. Los perros de la calle son un problema de salud pública, generan problemas y muchos accidentes y dejan ver nuestro desdén por el amigo del hombre.
SIETE
El problema de los trancones en Cartagena, es porque no existen vías alternas a las principales a donde acudir. Y que la ciudad no se desarrolle solo bajo la mirada voraz de los urbanizadores a quienes se les olvida incluso no dejar los espacios suficientes de esparcimiento y recreación. Ahora, ¿Por qué permiten las autoridades de transito que se estacionen vehículos en las vías principales donde se forman los trancones? Un carro estacionado en la vía publica es un problema serio para la movilidad ¿Por qué los colectivos que se estacionan en la glorieta de la bomba del amparo lo hacen justo donde está la zona verde? ¿Qué tiene de lógica esa zona verde donde se necesitan vías amplias? ¿Se requiere de esa zona verde tan amplia y que reduzca la vía donde más se le necesita convirtiéndola en un cuello de botella? ¿Porque la gente no pone un poco de su parte o es que todo tiene que ser con camisa de fuerza? Viéndolo bien, nunca serán suficiente las vías que se construyan, si esta sociedad consumista no la controlan para que ponga de su parte en la corresponsabilidad que le ataña para con la comunidad y una movilidad fluida. Todos debemos contribuir con la movilidad en las vías y de ahora en adelante, quien compre un carro debería pensar primero donde estacionarlo, donde guardarlo, que no sea en la calle donde vive o trabaje.
Las calles tampoco son cachas de futbol para que los menores o grandes jueguen en ella porque corren peligro de accidente. Contrario a lo que se diga de la ciudad de Cartagena para justificar trancones, la ciudad está ubicada en el punto estratégico ideal. En el sitio privilegiado. Así lo vieron sus primeros pobladores, los colonizadores y su fundador Don Pedro de Heredia. Pero hay que desarrollarla y organizarla conforme a una gran ciudad, con esmero y dedicación, con sentido de pertenencia, si es la joya más preciosa de los colombianos. La ciudad seguirá avanzando según los delineamientos trazados por sus dirigentes y las exigencias de sus habitantes, será mejor si se hace con planeación y mucho amor.
A la deficiente malla vial requerida para movilizar la ciudad, le agregamos las vías dañadas que van dejando quienes realizan trabajos de acometidas. A ellos hay que decirles que deben cambiar toda la placa, porque con sus "cirugías" la placa termina dañándose, en perjuicio de la malla vial. El trabajo debe hacerse bajo la supervisión de un jefe de la entidad, que verifique y no deje solos a los obreros, que el material debe ser de óptima calidad con las características y especificaciones que la placa tenia, y deben estar obligados a reparar los arreglos que se han dañado a través del tiempo. Y a las autoridades que veo con complacencia con el "atropello" y en este "gravísimo" problema que nos afecta. Que deben vigilar y legislar si es que no se ha hecho, para que no se destruya con los pies lo que se ha construido con las manos. Inclusive si es del caso, judicializarlos o ¿es que la ciudad no tiene dolientes? las calles las están llenando los particulares con policías muertos o resaltos, sin el visto bueno de la oficina de tránsito y sin las características especificas emanadas por un juez de la república. En esta ciudad todo el mundo manda y hace lo que se le da la gana sin que autoridad alguna le haga ver que no está bien, las talanqueras en algunas vías imposibilitan más el tráfico vehicular. La gente es muy dada a colocar impedimentos en la vía y sembrar árboles en los andenes. Hay que recordarles que los andenes y las vías deben estar libre de obstáculos para el libre tránsito de peatones y vehículos respectivamente. Que no piensen solo en ellos, que piensen en sus conciudadanos. Ni siquiera las señales de tránsito para ser "visibles" deberían ir en el centro, si no a un lado del "reducido" anden ¿Dónde está la inteligencia vial? Pitar indiscriminadamente no debería ser parte de nuestra cultura e idiosincrasia, si no solo en caso requerido. La contaminación auditiva nos afecta en nuestro diario vivir y eso no está bien. Los perros de la calle son un problema de salud pública, generan problemas y muchos accidentes y dejan ver nuestro desdén por el amigo del hombre.
A un perro de la calle
¿Quién le da de comer y beber?
¿Quién atiende de el?
Y su amigo ¿es el mejor amigo del perro?
La falta de civismo nos tienta a los ciudadanos a hacer lo incorrecto y pensamos que no. Todos debemos comprometernos por el bienestar de la ciudad, sus habitantes y sus intereses. Que no se diga que nadie dice nada. La ciudad esta creciendo desordenada y esto no es un secreto. ¡La ciudad somos nosotros quienes vivimos en ella!
A los medios, que sigan vigilando, que no traguen entero, que presionen al consejo y a las autoridades con estas irregularidades, la ciudad necesita mas de ustedes para que no parezca abandonada a su suerte.
Continuara...
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