Por: José Mendoza Jiménez
En la vida suelen ocurrirnos cosas que no teníamos en proyecto. La forma como lo lidiemos dice mucho de nuestro carácter. En los momentos más difíciles por los que pasamos, casi siempre aparece una mano amiga que nos socorre. A veces la ayuda no es suficiente pero su solidaridad nos dice que hay salidas que en el momento por las dificultades no se ven, pero que son posibles. La solidaridad no es suficiente pero trae impreso el mensaje implícito de la cooperación entre los humanos. Por eso, deberíamos ponerla en práctica con más frecuencia. Nuestra solidaridad con el necesitado, porque solo el sabe cuanto la requiere. Una cosa es la solidaridad con el necesitado, y otra muy diferente la ayuda mútua, la que se deduce de un interés reciproco. ¡la solidaridad de la gente es algo que motiva a reasumir el camino con más energías! Si, que antes de vernos como víctimas, consideremos también nuestras fallas, nuestro grado de culpabilidad. Que no miremos al otro como al único responsable de la tragedia. Que cuando se ayuda y se hace el bien, los frutos del agradecimiento son eternos, de por vida y muy amistosos. Que no es bueno tratar al otro a las patadas, porque eso suele repercutir en desventaja. De ponernos en el lugar del otro para saber cuánto afectamos también con nuestra actitud hostil. Que el efecto bumeran nos premia según como actuemos. Que antes de actuar hay que pensar primero en un plan B para no salir tan escalabrados por lo que pueda pasar.
-Un plan B- dijo un despistado mirando a las estrellas cuando le preguntaron- .es no tirarse al vacío sin paracaídas. Que al caído hay que darle la mano para ayudarle a levantarse, mas no dejarlo caer en cámara lenta y disfrutarlo como un gol muy bien marcado, porque no interesa. Que si, que no se pueden tomar medidas radicales de un día para otro, si podemos perjudicarnos con esa decisión. Que es mejor prevenir que lamentar. Que no se deben tomar medidas o decisiones unilaterales de imprevisto, sin tener presente las consecuencias que acarree. Que es mejor preparar al otro y darle tiempo para que se reacomode y salga adelante con el inconveniente ,sin tanto traumatismo. Que no hay que inventar película de terror, si se puede salir afectado también. Actuar con sensatez.
En el fútbol como en la vida real, ocurren cosas imprevisibles, que nos dejan en un mar de dudas e incertidumbres, buscando la respuesta que no encontramos a nuestras inquietudes. Es la realidad de la vida y el fútbol lo registra a su medida. No hay nada que podamos hacer cuando el hecho ya está consumado, sino está a nuestro alcance remediarlo en el instante.
Continuará.
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