Por: José Mendoza Jiménez
Un domingo de elección atípica de alcalde en Cartagena, escuché en Caracol radio,la entrevista a un ciudadano del común, sobre los problemas por resolver del nuevo burgomaestre, y me llamó la atención las reflexiones que hacia sobre la problemática de la ciudad con mucha propiedad. Hoy quiero traerlo aquí en la elaboración del presente escrito. Lo que deben ser las leyes, las normas ;la autoridad institucional y familiar.Empezó por anumerar infinidad de problemas como la corrupción, el desempleo, las pandillas y por ende la delincuencia, Transcaribe. ..etc- como si el nuevo alcalde a elegirse ese día, fuera mago. Y podría serlo, si lo quisiera- de ofrecerle a los desocupados y a los que trabajan con las uñas, por la falta de recursos monetarios como capital de trabajo, las herramientas de trabajo. Y podría hacerlo sino piensa solamente en su bolsillo y en el de los suyos. Si piensa en las necesidades apremiante de las comunidades, y en cada uno de quienes lo elegirian . La ley existe pero hay que ser coherente respecto al atropello de la autoridad con el ciudadano, en cumplimiento del deber.Terminaba resaltando el entrevistado.
Precisamente ,cuando no se tiene presente esa coherencia, se vuelve ambivalente. Otros optaron por caminos diferentes, donde se extraviaron en busca de la respuesta. Llevábamos mas de medio siglo con ese experimento, y lo peor, hay quienes insisten o prefieren medio siglo más en esa comedia de la impunidad no manifiesta. Porque piensan que el conflicto es de poca monta, y otra vez nos e encontramos con la respuesta esquiva y pendenciera que llenaron los ríos de cadáveres para alzarse con la victoria porque tenían con que. ..y seguimos equivocandonos. Más de 260000 muertos en los últimos 60 años, no nos dice nada. Por fortuna esa máquina de guerra fue frenada en seco por un santo.El santo san Juanmanuel.
Pienso en las condiciones apremiantes de quienes protestan, de la fuerza pública, de la autoridad a la hora de hacerse sentir con los manifestantes. Pienso en Colombia y en el mundo de los indignados con razón. Todos en un estira y hala agotador que no deja espacio para reflexionar sobre lo verdaderamente importante como lo es la paz.
Las vías de hecho se han convertido en un arma de doble filo, en donde el inocente, el que nada tiene que ver con lo manifestado, sale perjudicado sin ser parte directo del problema. Sinembargo, la solución no es judicializar a mansalva al inocente que caiga en la redada de la fuerza pública o al manifestante de la protesta social.
Continuará.
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