Por: José Mendoza Jiménez
Continuación
La violencia los ha afectado porque los recursos que podrían ayudarle se desvían
Para la financiación de la guerra. Una guerra que no los ha hecho cambiar su razón de ser por el campo, pero que los ha afectado en su terruño con los desplazamientos forzados, muchas veces para venir a engrosar en pueblos y ciudades, cordones de miseria que no se compadecen con su dignidad ¡hombre cultivador, hombre trabajador, alejado de lo que sabe hacer con entereza! .
En los diálogos para el acuerdo de paz que se desarrolló en la Habana, el campo fue el primer punto abordado ,porque el campo tiene mucho que ver con el olvido en que se le ha mantenido .Un campo fértil y fructífero, esperando las manos de quienes con dedicación y esmero trabajan sin renegar de él.
Cuando converso con los amigos de mis pareceres y puntos de vista sobre cómo resolver el problema de la violencia que se ha ensanchado en campos y ciudades, me dicen el último idealista porque creo en esa posibilidad de encontrar el camino que nos conduzca a una Colombia progresista, con la paz del diálogo sincero y altruista .
En la Habana ellos tenían sus razones por la desconfianza entre las partes en ponerse de acuerdo para el acuerdo. Pero a veces hay que pensar en la imaginación que no tienen las armas para resolver los problemas. ¿sesenta años de lucha echándonos plomo entre nosotros mismos, no nos decían nada? Las razones del diálogo en su totalidad no siempre serán justas en nuestro parecer, pero se verán los frutos .
Tengo claro lo que el gobierno y la guerrilla debían tener claro: si en más de medio siglo no pudimos acabarlos ni ellos pudieron tomarse el poder con las armas, la última herramienta que debió ser la primera desde los inicios fue el diálogo. Y creo que ambos están hoy convencidos que valió la pena. Por ello es de insistir en la oportunidad que tenemos los colombianos de salir adelante alimentando la esperanza por un nuevo país con el diálogo y la concertacion equilibrada en la solución de la diferencia. Lo demás es dilación y aplazar los problemas.
Articulito: con la firma del acuerdo de paz para poner fin a la rivalidad con los actores de la violencia, donde el caballito de batalla era el campo y la gente que lo cultiva, nos beneficiamos todos. Si hay paz en los campos habrá más vida en las ciudades. No existirá tanta carestía con los productos de primera necesidad como si viviéramos en paro camionero permanentemente, porque volverá a reverdecer el campo y la esperanza del campesino, aunque la violencia no desaparecerá de la noche a la mañana por la complejidad de otros intereses. En el campo está una patria olvidada que no debemos echar de menos porque la violencia nos afecte en menor grado. En el confinamiento al que nos sometió el nuevo coronavirus, el campo se lució con sus productos alimenticios. Siempre presente en la mesa de los hogares colombianos.
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