Por José Mendoza Jiménez
Continuación
En diciembre las penas se disipan y las ofensas se toleran con una sonrisa, haciendo la salvedad de que quien ofende no reconoce sus defectos incorregibles. Que no es más gente que los demás.
El espíritu de la navidad está presente y las luces relampagueantes de colores variantes, relucientes ;se dejan ver en todas las casas, sin importar el estrato ni la condición de infortunio en que se encuentren quienes la habitan.
Diciembre y la navidad es eso, alegría desbordante que aviva el espíritu, aumentando la fe en un mejor mañana lleno de oportunidades, que nos une en una sola fiesta por los deseos y propósitos de vida gratos y comunes.
En diciembre los vientos alisios aparecen con más fuerza para refrigerar el ambiente con su frescura.
Es la época más linda del año y no hay otra igual que se vista de tanta gala y colorido, alegría para despedirlo y darle la bienvenida al que llega, al son de la celebración del natalicio de Jesucristo, la noche buena y la despedida del año, la integración. Siempre con la expectativa de que sea un año mejor del que se despide con su epidemia.
Que todos los amaneceres traigan el espíritu de diciembre, de la navidad, también depende de los otros, de no propasarnos al brindar por un año que se va y otro que llega cargado de ilusiones y sorpresas por desempacar.
Articulito: Que el espíritu de la navidad perdure por siempre en cada uno de nosotros, que en cada hogar no falte la abundancia de las cosas buenas que alimenten cuerpo y alma en la noche buena y el año que viene, son mis mejores deseos para todos ¡feliz navidad y próspero año nuevo! .
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