Por José Mendoza Jiménez
2016
Los días pasan mientras la noche llega. Cada día trae su afán y cada noche las tinieblas. La inseguridad que se toma las ciudades, es un tema de ir y venir, de comentar y hablar como si hiciera parte de nuestro acontecer diario. Los periódicos de sucesos traen en su portada la información que el lector busca con ansiedad informarse: los sucesos noticiosos de incidentes ;los noticieros de televisión aprovechando las nuevas tecnologías de las cámaras filmadoras de los celulares, abren la sección "al acecho de los ladrones ";igualmente los noticieros radiales, informan al detalle sobre la inseguridad reinante. Y a los dueños de lo ajeno nada les importa que los estén vigilando a toda hora para hacerlo. Es tanta la zozobra y la expectativa que ello genera, que el mismo presidente, Juan Manuel Santos, se preguntaba sino sería mejor que esa información- la de los ladrones haciendo de las suyas ante las cámaras filmadoras- se compartiera mejor, directamente con la institución policial sopena de no generar la sensación de inseguridad que se toma las calles de la ciudad. Como los afectados no encuentran respuesta eficiente ante las autoridades, recurren a su patente de corso para defenderse ante los antisociales, bien puede ser aplicando la justicia por sus propias manos o cerrando las calles, lo que acarrea malestar en la movilidad de la ciudad, que es intolerable. Que si en algunos sectores esto se ha podido hacer, en el barrio La Concepción es inaceptable el cierre de sus dos vías que sirven de interconexion con la diagonal 32 que conecta a su vez con la calle Real de la Ternera. Lo que dice que el tema de la inseguridad no es de poca monta, que no solo las medidas en la prevención del delito son suficientes para persuadir a los delincuentes, que se requieren de otro tipo de medidas.
Continuará
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