Por José Mendoza Jiménez
2015
Una iniciativa que busca poner orden al tránsito de descamisados o en vestido de baño por el centro histórico de la ciudad o en sitios lejos de playa, liderada por el concejal César Pión, ha recibido toda clase de críticas que terminan en el Callejón sin salida de los problemas de la ciudad. Desde el serio de TRanscaribe, la transitabilidad, la inseguridad o los hospitales al borde de la quiebra.
La gente siempre se sale por la tangente y no se detiene a racionalizar en lo saludable de la medida para una ciudad como Cartagena que además del turismo interno, recibe miles de turistas de todas las nacionalidades en el transcurso del año. Para organizar la casa hay que empezar por los detalles y un detalle importante es el que ha abordado el concejal. Sinembargo, en otros aspectos, las leyes o normas existen pero no son claras ni contundentes como persuasión. Como consecuencia de esto, dejan cabos sueltos que se prestan para la corrupción de los funcionarios públicos o la aplicación de la ley por parte de las comunidades o ciudadanos sin derecho a ejercer autoridad que rayan en la tortura. Pues lo que a los míos no afecte, aunque afecte a los demás, a mi no me importa.
Continuará.
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