Por José Mendoza Jiménez
2013
El rechazo por la destitución del cargo e inhabilitación para ejercer funciones públicas por 15 años para el alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, por parte del procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez,ha sido unánime de parte de la ciudadanía.Aqui el procurador no solo se excedió sino que ha quedado mal parado ante la institucionalidad democrática del país.Eso a él no le importa.Es un hombre pragmatico y de principios que no debe pasar por alto y, tiene derecho a congraciarse con el infortunio de quienes se les atraviese en el camino.Aqui el procurador no supo distinguir entre una administración cambiante y la corrupción de otras.
Si hiciéramos un repaso de los casos que le ha correspondido fallar su despacho, encontraríamos muchos excesos de su parte.Valga decir que el del alcalde Gustavo Petro rebasó la copa porque se basa en hechos que no ameritan tanta desproporcionalidad.Nunca"la libre empresa y competencia",ha estado en entredicho con la administración Petro por innovar en el manejo de aseo si le compete.Si ha tenido desaciertos o improvisaciones que han perjudicado a la ciudad,es comprensible en estos eventos y se le llama la atención, pero nunca se le ha debido destituir ni mucho menos inhabilitar en la vida pública.
A mi me gusta cuando suceden estos hechos a alto nivel, no por los inconvenientes que acarrean en la administración y la ciudadanía, sino porque solo así es posible asimilar y corregir las injusticias que se cometen en niveles mas bajos y que no llaman la atención.Si, puede uno pensar: si ésto sucede con el alcalde mayor de la capital del país sin tener vicios de deshonestidad¿Que no le sucederá al ciudadano común y corriente para quienes las leyes o las normas no tienen reversa ni posibilidades de revisarse? pienso en estos hechos: un juez de la República ni siquiera piensa en los hacinamientos en las cárceles al condenar delitos menores porque no es de su competencia.De por si una violación flagrante a los derechos humanos de los internos y sus familiares cuando les visitan.Ellos son unas máquinas procesadoras que obedecen a unos códigos, que no escatiman esfuerzo alguno en considerar porque la ley se los prohibe y, deberían tener esa potestad así como la tienen con algunos personajes,mas que todo políticos si el caso no es muy grave y es grave porque se ha apropiado de los recursos públicos que son sagrados, se les da casa por carcel para premiarlos.Por eso ahora hay que hacer una reforma de manera urgente al código penitenciario para dejar libres a mas de 10.000 internos que no merecerian estar en intramuros, pero si la ley no es clara, en uno o dos años habrá que volver a hacer lo mismo para descongestionarlas.Las cárceles solo deben ser para los delincuentes, corruptos, homicidas y violadores de verdad.Porque hay muchos condenados por este delito o conductas indebidas que no aplicaria para condena, que mas bien se debería amonestar por el ente jurídico o acusador, si reincide en esas conductas.Hay que investigar caso por caso porque en muchos de ellos las cosas pueden no ser ciertas porque la ley no diferencia una cosa de la otra y el fiscal aligera porque no hay que dejar piedra sobre piedra y la justicia tiene que hacerse ver para sentar precedentes ante la sociedad.
Continuará
Comentarios
Publicar un comentario