Por José Mendoza Jiménez
2014
Este artículo fue elaborado antes de conocerse la decisión presipitada del presidente Juan Manuel Santos, destituyendo al alcalde mayor de Bogotá Gustavo Petro.Su planteamiento sigue vigente.
Quien como Petro y si todos pudiéramos hacerlo como lo hace él, si de irse para un tribunal internacional a manifestar su descontento y que lo atiendan tan prontamente.De ser escuchado en su convicción de que se le han violado sus derechos; así ellos tengan razones porque se ciñen a las leyes y normas del establecimiento.
No es que la justicia aquí no funcione sino que como van las cosas, no va a haber reversa en lo que se ha fallado hasta ahora.Porque la discrecionalidad de las facultades del presidente,es algo que los mandatarios evitan utilizar porque para eso está la justicia.Una justicia que funciona a medias y muchas veces cuando llega, ya el interesado ha dejado de existir.Ademas, el presidente asegurandose de no ser enjuiciado por traidor a la patria, acatará las normas y leyes vigentes de la institucionalidad que juró defender.Cada quien desde su esquina sin dar el brazo a torcer aunque la ley admita esa discrecionalidad tal cual como se lo sugirió el fiscal general, Armando Montealegre.
Pero tratándose de un personaje de alto vuelo que significa un replanteamiento en el manejo del estado sin los vicios tradicionales de la política y, los intereses burocráticos que han enterrado al país a la vista de todos, otro gallo canta.Muchos de los problemas que nos aquejan se podrían solucionar sin tener que recurrir a las altas instancias judiciales, abonando el camino en la búsqueda de la reconciliación como política sana.
Por esa sencilla razón el alcalde mayor de Bogotá Gustavo Petro, hace bien en asegurarse ante lo que ve venir de la institucionalidad que no amerita sus argumentos y que pondrá de presente los intereses egoístas tradicionales que no nos dejan avanzar como Nación hacía un nuevo porvenir.Mas bien lo que buscan es sacarlo del camino, de la contienda democrática,del debate político y electoral.Pues se sienten pasos de animal grande y muchos están temblando porque creen que sus intereses políticos correrán peligro y buscan asegurarlos.Las buenas intenciones no siempre son buenas y, los temores infundados no nos dejan ver un futuro mejor porque quienes los impulsan solo piensan en sus intereses y no en el de la Nación.Finalmente será la justicia y los electores los que escojan el camino a seguir que diga adiós a las prácticas corruptas y hostiles de la política que aún hoy subsiste.En donde la lucha diaria de la población sea por mejores resultados como país.
Articulito: el"caso Petro"sin duda ventilara la democracia del país hacía buenas prácticas de la política con una justicia justa,acorde con el proceso de paz que avanza en la Habana.Lejos de los odios partidistas y con juego limpio que no nos abrume de temores en el futuro.
Continuará
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