Por José Mendoza Jiménez
2016
En política lo que parece imposible se hace realidad así no nos guste admitirlo con sinceridad.En un país de inmigrantes, el candidato que mas tercio en propuestas para introducir cambios en su política migratoria, se alzó con la presidencia de los Estados Unidos, pero no por el voto directo de los ciudadanos.En un sistema cerrado de los Estados donde quien define la elección son los delegados del colegio electoral, la elección de Donald Trump,el menos indicado para llegar a la casa blanca por sus propuestas agresivas en contra de la globalización y el vecindario, sorprendió.Y no deberíamos llamarnos a engaños en lo que sucederá de aquí en adelante alrededor del mundo en esos temas.¿Qué pasó, porqué se dió esa situación adversa en contra de todos los pronósticos que daban a Hillary Clinton, inclusive con la reapertura de la investigación sobre los correos electrónicos por parte del FBI cuando ya lo había desestimado con anticipación?
Antes que el mismo Donald Trump reconociera la participación de las redes sociales en su triunfo en el programa televisivo 60 minutos, haciendo alarde de los millones de seguidores que que tiene; Héctor Habad Faciolince,se preguntaba o inculpaba a las redes sociales en ese logro.Luis Carlos Vélez, comenta la aptitud de medios como The New York Times al día siguiente de elecciones, reconociendo lo alejado que estaban de que esa realidad se diera; replantea de los medios el pronóstico y el fracaso total de las encuestas, trayendo a colación el éxito de los británicos con el brexit, echando hacía atrás los avances logrados en la Comunidad Económica Europea y, el rechazo en Colombia de los del No a un proceso político para lograr la paz con una guerrilla que ha hecho mucho daño al país.Lo que se ve claramente que los políticos con sus rivalidades, sumergen al país en la violencia.Muchos análisis de los especialistas, muchas preguntas y pocas respuestas para llegar a dilucidar lo que realmente pasó.
En el caso de el triunfo del No en nuestro país no hay duda que la mentira caló como un contagio de virus por las redes sociales.Conversando con un vendedor de agua y sin que se lo preguntara, me informó que había salido muy temprano bajo lluvia a votar por el No.A lo que lo requeri porqué lo había hecho siendo que la violencia de la guerra golpea mas a los civiles y los que más requerimos de la paz.La respuesta que me dio me dejó impresionado:"porque no estaba bien que ahora los niños podían ser niñas y las niñas niños",le dije que eso no estaba en el acuerdo de paz de la Habana.Que lo que había era un compromiso de respeto a los derechos de las personas en esa condición.Y así me fui encontrando con infinidad de falacias que no cabrían todas en este espacio; como que a los pensionados les quitarian una mesada para entregárselas a los desmovilizados o que se aumentaría el precio de las bebidas azucaradas como las gaseosas para pagarles el sueldo de $29.000.000 a los primeros representantes de la guerrilla en el Parlamento, después de haber matado a tantas personas inocentes a lo largo de los años.Sinembargo, cuando con el impuesto a la riqueza en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, nadie dijo nada ni protestó porque era para la intensificación del conflicto.
Continuará
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