Por José Mendoza Jiménez
2016
Lo único que las dictaduras y sus seguidores no escatiman en esfuerzo,es en el daño que ocasionan al país y a sus habitantes con su estrategia pura para sostenerse en el poder pase lo que pase; incurriendo en la inconstitucionalidad de sus actos porque no hay que darle a la oposición esa ventaja de que gane ante la realidad palpante.Una realidad que no les interesa reconocer porque significa la debacle para ellos.Mientras están en el poder esperan el milagro de que vuelvan a aumentar los precios del crudo y, así no volver a despilfarrar las ganancias en compras de más armamentos porque cuentan ahora con las viejas y las nuevas que les dejó la bonanza y claro tienen que nadie los invadirá .Es solo la victimización para acomodarse en el poder porque no tienen nada nuevo para implementar o mostrar de querer mejorar mientras un pueblo padece las consecuencias de hambre y de gobernalidad.
Así han empezado los conflictos y las guerras en el mundo con hambre de poder y celo . Cuando es muy poco lo que se pueda hacer contra el tiempo para detener el derramamiento de sangre de los inocentes.Que tristeza que no lo prevemos.Cuando la guerra estalla la situación se torna lamentable y entonces es más difícil encontrar el camino hacía el entendimiento.Las guerras y los conflictos son los juegos en que los ambiciosos de poder nos enredan con la defensa de los principios que no reconocen en sus contradictores.Con cara ganan y con sello también¿Quién entiende esto, dónde está la democracia que expresan representar y defender? Me remito a Siria en donde han entrado otros actores para complicar la situación como el autodenominado Estado Islámico,Al Qaeda, Rusia y EE UU,entre otros,a los inicialmente enfrentados del régimen y la oposición.La situación es cada vez más compleja y, no han habido salvavidas que funcionen en la defensa de los derechos y vida de los civiles que han quedado atrapados bajo el peso de las bombas de los aviones de guerra.
Lo que empezó como un reclamo de apertura democrática, de participación e inclusión, al tirano Bashar al Assad,se le salió de las manos y empezó con la represión de un pueblo demandante.El resultado no puede ser mas escalofriante: en cinco años y medios tratando de sostenerse en el poder,ha acabado con pueblos y ciudades, obligando a miles de sus habitantes al desplazamiento forzado y a emigrar de su patria en condiciones lamentables e inseguras por mar en donde han terminado en naufragio.Cuando reviso ésta cifra de la guerra, me pregunto dónde está el mundo, dónde la ONU, dónde los tribunales de justicia con alcance internacional y la respuesta no la hallo en ningún lugar.
Continuará
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