Por José Mendoza Jiménez
HACIENDO LA DILIGENCIA
Entré a trabajar en el diario El Universal mas como trampolín para llegar a la redacción a ejercer el periodismo, que por el trabajo al que llegué como repartidor en los expendios de Bocagrande y el Laguito, cuando el periódico se alistaba para su impresión en frío (antes lo impriman en caliente); para lo cual tenía que madrugar y no era un trabajo de tiempo completo.
En el tiempo que estuve ahí, laborando,le entregué al jefe de circulación, mí jefe inmediato, señor Miguel, un escrito que había elaborado y que quería me lo publicarán en el periódico.Como no salía publicado,le reclamé para que me lo devolviera y ,ante mí pedido, salió de su oficina con dirección a la redacción.En el momento en que sale yo quedo en su oficina, con cuidado abro la gaveta de su escritorio y, veo ahí mí escrito riéndose,tal cual como se lo había entregado; cerré nuevamente con cuidado la gaveta y salí de la oficina antes que volviera, a la espera de su regreso.Cuando lo hizo, esperé el tiempo necesario a qué se acomodara en su escritorio y, entré.El jala la gaveta y me devuelve el escrito con la excusa de que había mucho material para publicar.Yo lo dejé con su mentira y,le dí las gracias por devolverme el escrito.Teniendo un amigo ahí,en la redacción que hacía sus pinitos en el periodismo, como Gustavo Tatis,le entregué el escrito a la persona equivocada, porque era mí jefe en quien confíaba, el cual nunca lo presentó a la redacción, como me quiso hacer creer.
Me llamaron de otra empresa para un trabajo de tiempo completo que nada tenía que ver con mis aficiones de periodismo y, me fuí para allá.Al cabo de tres años me retiré y, fuí a visitar al doctor Gonzalo Zúñiga Torres, director de El Universal, un sábado en la tarde cuando supuse que ya se encontraba de descanso en su residencia en Bocagrande.Muy amablemente su señora me atendió y me dijo que estaba paseando su mascota en la parte colindante con el cuerpo de agua interno de El Laguito, muy cerca de donde vivía.Y allá me dirigi.Le hablé de mí deseo de vincularme laboralmente al periódico nuevamente, con el fin de meterme de lleno en el periodismo.Pero él me insistió que en el momento no había vacante.Sinembargo,ante mí inquietud manifiesta de ver publicado mis escritos en el periódico, me dijo que se los dirigiera directamente a él, para publicarme mis columnas.Eso para mí fué una voz de aliento y, así lo hice por muy poco tiempo, porque necesitaba de un trabajo que me generara ingresos.
Antes, en una reunión donde unos familiares en San Fernando, alguien ahí presente que escuchó de mis andanzas periodísticas, me animó para que le escribiera a Antonio Andraus Burgos,al Espectador en Bogotá, con el propósito que me tuviera en cuenta pues, habían sido amigos de estudio creo, en el Liceo de Bolivar.Y así lo hice manifestandole además, mí deseo de irme para Bogotá.Antonio Andraus me publicó mis columnas en El Espectador/Costa , un cuadernillo que venía en la edición nacional del periódico.
Mientras esperaba una respuesta de él queriéndome ir para Bogotá,incursione en el campo de las ventas aquí en mí ciudad con bastante timidez pues, no había sido ese el trabajo en el que me había desenvuelto.Y una cosa es vivir de un sueldo y otra de comisiones cuando no se es tan experto en la materia, hasta que se supera la barrera del miedo y, la experiencia lo convierte a uno en profesional.
La respuesta de Bogotá nunca llegó pero,vivo agradecido con Antonio y con ése amigo que se interesó en recomendarme ,cuando me escuchó hablar de mis andanzas periodísticas en una reunión familiar.
Nunca he dejado a un lado mi actividad de escribir y, siempre me he mantenido en función de esa labor periodística de dar a conocer mí opinión,sin estar vinculado laboralmente con ningún medio, de quienes vivo agradecido por haberme dado cabida en sus páginas con hospitalidad.
Cuando niño recuerdo que alguien de visita en casa, preguntó a mí hermana mayor por los libros que veía y, ella le respondió que de aquí tenía que salir un médico, un ingeniero o cualquier otro profesional de alto vuelvo.La labor de escritor la sigo considerando -como lo creía cuando niño ,al abordar una hoja en blanco, nada fácil me era de llenar-en una labor de los dioses , como la de el artesano, el orfebre, el médico o el carpintero, cuando se hace con entrega, dedicación y pasión.Tampoco es que yo me considere hoy un experto.
No es fácil pero, se puede salir adelante a pesar de los quebrantos o las malas acciones de quienes sin querer queriendo,ponen las zancandillas en el camino para que no logres tus objetivos,lo que quieres en la vida; porque no son amigos, los amigos te dan la mano al escucharte hablar y, te ayudan cuando requieres de un empujoncito que no te reviente contra el piso para matarte los sueños, para que no salgas adelante.Con la ayuda de los amigos y las amigas, los sueños se pueden alcanzar con menos trabas en el camino.Se también mí amiga, mí amiga quería.
En el diario La Verdad de Cartagena de Don Roberto Esper Rebaje, un barranquillero que quiso a Cartagena como a su ciudad natal y, con la venía de su directora,Virinia Cárdenas Mendoza, entre otros directores que estuvieron al frente del periódico durante mí permanencia como columnista,escribí mis columnas hasta que dejó de circular en la pandemia.Desde entonces,he seguido consignando mis ideas en ésta página en internet.Me considero un privilegiado de ésta invención de innovación tecnológica que como en el pasado con el invento de la imprenta, llegó por la necesidad de conocimiento, información y diversión de un público que lo demandó.
A continuación la transcripción del artículo publicado en el diario El Tiempo del que tantas veces he hablado en ésta obra:
¿Manzanas de discordia? ¡No, manzanas de talento, de iniciativa laboral, de emprendimiento, de liderazgo, de ideas de equidad para un mundo mejor!
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Amor, no me preocupa tú silencio, me ocupo de tú silencio, porque tú silencio me dice que siga soñando, que no existen impedimentos para quien busca hacer realidad su anhelo de amarte y ser amado.Aunque no quieres entender que lo mejor para tí soy yo y lo mejor para mí eres tú.No te dejes llevar por lo que te digan los demás, sé tú, no otra persona, porque eres única e irrepetible, amor.
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